En audiencia en Trabajo, la empresa insólitamente negó todas las denuncias gremiales

“Nosotros ya presentamos las pruebas de todo lo que venimos diciendo en el Ministerio. El próximo jueves vamos a tener en una nueva reunión para ver si esto se soluciona definitivamente”, le adelantó a Gestión Sindical, Jesús Riquelme, secretario de prensa de la APPyJC.

El conflicto entre la Asociación del Personal Profesional y Jerárquico de Comercio (APPyJC) y la cadena mayorista Vital continúa. Ayer se realizó una audiencia en el Ministerio de Trabajo entre las partes para buscarle una solución a las irregularidades laborales y salariales que sufren los trabajadores Jerárquicos. Pero el acuerdo por el momento parece lejano. Por el contrario, la situación se agrava día a día.
“La empresa niega todo: que los empleados hagan más de diez horas, y la persecución que les realizan. Nosotros ya presentamos las pruebas de todo lo que venimos diciendo. Tenemos mails corporativos de recursos humanos donde bajan la información de que los empleados trabajen 12 horas. Ya lo presentamos al Ministerio y vamos a tener una nueva reunión el próximo jueves para ver si esto se soluciona definitivamente”, le dijo Jesús Riquelme, secretario de prensa de la APPyJC, a Gestión Sindical.

El conflicto viene desde el año pasado, y hacia fines del 2020 parecía encaminarse. Pero los primeros días del 2021 trajeron nuevas y malas noticias: la empresa despidió a Alejandro Ocampo, delegado de la sucursal Avellaneda, con una causa inventada. El modus operandi de la empresa en la cesantía de Ocampo es el mismo que utilizó para el despido de Maximiliano Vecchio, delegado de la sucursal Loma Hermosa, hace un año: auditorías con escribanos que “certifican” ausencias inexistentes y otros presuntos incumplimientos que el gremio denuncia que son falsos.

Para el gremio está claro que las causas inventadas fueron el intersticio de la empresa para sortear la prohibición de despidos y la doble indemnización, mientras trata de degastar a los trabajadores para que intenten negociar una desvinculación poco provechosa, en virtud de que dejaron de percibir ingresos y están apremiados económicamente.

Pero estas no son las únicas demandas en curso de los abogados del gremio contra Maycar S.A. En realidad, todos los delegados están en litigio por deudas en el pago de horas extras, liquidaciones incorrectas, sueldos por debajo de la categoría (por igual función llega a haber hasta $10.000 de diferencia entre jerárquicos de una tienda y otra) y otras irregularidades e incumplimientos de la Ley de Contrato de Trabajo.

Desde la APPyJC apuntan directamente a Eduardo Pochinki, titular de Maycar S.A., la compañía dueña de Vital: “Es el principal obstáculo para que las negociaciones lleguen a buen puerto. Se maneja de la misma manera que Alfredo Coto (dueño de la cadena homónima) y Víctor Fera (propietario de Maxiconsumo), como si fuesen patrones de estancia. Equivocadamente, creen que el progreso o crecimiento de sus empresas se logra a costa de la explotación de los trabajadores”.

Hace una semana el conflicto produjo una situación totalmente inesperada. Mientras el gremio realizaba una protesta pacífica en la tienda del mayorista, en el barrio porteño de Abasto -nuevamente en reclamo por el fin de la persecución a delegados y trabajadores, el respeto de la jornada laboral, cese de despidos y suspensiones arbitrarias-, autoridades de Maycar S.A (la empresa dueña de la cadena) tomaron la determinación de poner un candado a la puerta del acceso general del local, dejando a los clientes encerrados.

“Por los problemas que veníamos teniendo, la empresa sabía que era inminente nuestra protesta y preparó el escenario. Movilizó policía e insólitamente pusieron el candado en el acceso principal, encerrando a la gente. No permitieron que nadie más ingresara y a los clientes que les cobraban, los iban despachando por una puerta la lateral”, contó Riquelme.

El secretario de prensa remarcó que “en años de protestas, nosotros jamás tomamos la determinación de bloquear el acceso a una tienda. Siempre nos manifestamos en las puertas de los establecimientos, en las veredas o en las cajas. Pero nunca impedimos el paso de la gente, para que pudieran seguir comprando. Es insólito lo que pasó y demuestra la falta de voluntad de la empresa de establecer un diálogo para resolver los problemas”.

FUENTE: Gestión Sindical

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