2247623h765El hijo del jefe sindical, asesor jurídico de la CGT, le advirtió a Macri que si “profundiza las medidas”, su padre reaccionará

La entrevista con el abogado laboralista e hijo menos conocido del líder sindical tuvo lugar en la Federación Nacional de Camioneros, en el barrio porteño de Constitución.

-Empecemos con la presentación. ¿Frente a quién estoy sentado?

(Piensa) -Vos viniste porque querías hablar con el hijo de Hugo Moyano. Yo me llamo Hugo Antonio Moyano, igual que mi viejo, soy su homónimo, entonces para diferenciarme la gente siempre me dijo Huguito.

-¿Y se siente cómodo con el diminutivo?

-Estoy acostumbrado y no me molesta. A veces en la profesión parece que le quita seriedad, pero no es así. Yo mismo contesto el teléfono diciendo Huguito.

-¿Cómo es su historia familiar?

-Mi papá tuvo un primer matrimonio con Olga Mariani del que nacieron cuatro hijos: Pablo, Paola, Karina y Emiliano, que falleció. Mi mamá, Elvira, fue su segunda pareja, no fue un matrimonio, de la que nacimos Facundo y yo, que tengo 32 años y él, 31. Todo el mundo cree que Facundo es mayor, pero no. Los dos nos criamos en Mar del Plata. Con Liliana nació Jerónimo, con quien también me llevo muy bien.

-Se dice que Liliana (Zulet), la pareja actual de Hugo, fue clave en la expansión de su padre en los últimos años. ¿Qué piensa?

Sinceramente creo que mi viejo naturalmente tiene algo adentro suyo que lo lleva a crecer . Esa vocación de crear poder, de toda forma que sea posible y legítima, es una iniciativa de él y todo lo que consiguió es por su impronta personal. Supongo que todos los que pudieron apoyarlo lo habrán hecho, también la mujer que lo acompaña.

-Se llegó a decir que incluso intervenía en el armado de los discursos.

No, Liliana no le da letra y mucho menos en los discursos, que es algo netamente político. Para los discursos ni siquiera usa asesores. Liliana está más en el mundo empresarial con su empresa de salud.

-¿A quién asesora como abogado laboralista?

Estoy en el grupo de asesores jurídicos de la CGT. Donde más horas de trabajo invierto es acá, en la Federación de Camioneros, pero asesoro a otros sindicatos. Tengo también un estudio jurídico.

-Usted nunca exhibió un perfil demasiado alto….

Estoy cómodo así. Si en otro momento me toca una responsabilidad mayor, asumiría el compromiso siempre que esté avalado por el sector al que pertenezco.

-¿Y cuál podría ser esa responsabilidad?

En un momento se habló del Ministerio de Trabajo.

-¿Ministro de Trabajo?

No sé si tan alto ahora. El ministerio de trabajo es el lugar donde me siento más preparado y con más experiencia.

-¿Y dónde se ubicaría en el organigrama dentro del Ministerio?

En el inicio del gobierno algunos, que no fuimos nosotros, hablaban de que yo sea secretario de trabajo o de ministro de Trabajo de la provincia. O jefe de gabinete del ministro de trabajo. Yo no lo tomé en serio porque eran especulaciones por la relación de ese momento entre Macri y mi viejo, como un gesto hacía Moyano.

-¿Cómo está hoy la relación entre su padre y Macri?

-No creo que haya coincidencia ideológica. No quiero ser imprudente porque eso debería contestarlo él, pero te digo lo que vi yo: me parece que apenas nombraron el Gabinete, a Moyano se le desvanecieron las expectativas. Ahora no hablan tanto, yo estuve en algunas reuniones.

-¿Y qué impresión se llevó del Presidente en esos encuentros?

-Lo vi algo distante, como que viene de otro sector. Te das cuenta en la manera de hablar, en los enfoques de los temas. Me acuerdo de que en una reunión salió el tema laboral y ya la terminología era “los costos del trabajo”, “la industria del juicio”. El 1º de mayo, en Gastronómicos, aconsejó que no tiene que haber ausentismo ni abusos por parte de los trabajadores. ¡No puede mandar ese mensaje el 1° de mayo!

-Macri dijo que la justicia laboral tiene que ser más equitativa. ¿Qué piensa?

-Lo que se avizora no es bueno. Hay un proyecto que se está discutiendo para sacar del fuero laboral todo lo que tiene ver con enfermedades y accidentes laborales del trabajo, para que vaya al ámbito de la seguridad social. El kirchnerismo ya lo hizo con los riesgos del trabajo, que llevó al fuero civil. Quieren fortalecer las comisiones médicas, que son muy permeables a la influencia de los lobbies. También quieren bajar los topes de las enfermedades e incapacidades porque dicen que son muy altos y también hay un proyecto ya presentado para sacar del ámbito nacional a la Justicia del Trabajo para llevarla a la órbita de la ciudad de Buenos Aires, para tener mayor control sobre eso.

-¿Y usted cómo vería esos cambios si se concretan?

-Creo que es igual a los noventa. Si se analizan los discursos te das cuenta de que son las mismas leyes y políticas económicas.

-¿Existe una industria del juicio?

Puede haber en algunas áreas, pero la industria del juicio no es el problema del mundo del trabajo. Las decisiones estructurales son económicas, hay que crear inversiones genuinas sin desproteger al trabajador.

-Usted dice que esto es igual a los 90. ¿Un gobierno neoliberal les devolvería a los gremios 30 mil millones de pesos?

-Es algo que corresponde, es plata de los trabajadores. Pero es totalmente insuficiente cuando por el otro lado hay medidas macro que hacen que se pierda mucha más plata, como el impuesto a las ganancias y la pérdida del poder adquisitivo por los aumentos de precios y tarifas.

-¿No cree que esta devolución pueda cambiar la visión del sindicalismo sobre Macri?

Es un gesto que está bien pero no es suficiente. Aunque es una de las pocas medidas que van por el buen camino, el conflicto social que se está viviendo no se va a apaciguar por la devolución del dinero.

-¿Qué le pareció el documento que dio a conocer la CGT, llamado “De mal en peor”?

-El documento recogió todas las opiniones de los secretarios generales y es el reflejo del malestar ante las medidas. Éste es un gobierno liberal que profundizó lo que estaba mal en materia económica.

-¿Hugo también piensa que este es un gobierno liberal?

-Mi viejo no habló demasiado en el plenario. Pero si estas medidas se siguen profundizando va a hacer lo que hizo siempre: reaccionar.

-En el plenario, Barrionuevo dijo que “estamos ante un gobierno débil” y que “nos van a necesitar porque si no van a estar jodidos”.

-Lo que lo debilitan son las medidas que toma. Eso lo hace débil. Si no corrige el rumbo va a haber reacción popular y sindical.

-¿Cómo vive el alejamiento de su padre de la CGT tras 12 años?

-Mi viejo fue uno de los dirigentes sindicales más importantes de la historia aun sin ser secretario general de la CGT, por el nivel de poder que alcanzó, los logros que obtuvo para los trabajadores y la vigencia. Creo que no hay otros dirigentes que estén al mismo nivel, pero es una decisión personal que no puede cuestionarse. En este momento no hay nadie a su altura. Hugo es el mejor hombre para conducir en este momento al movimiento obrero.

-¿Y usted le planteó que siga?

-Él cree que su ciclo está cumplido. Yo creo que no es así, pero respeto su decisión y ni me atrevo a planteárselo.

-Por último hablemos de fútbol. ¿Qué piensa de la intervención en la AFA de Armando Pérez?

-Estoy más periférico en el tema, pero pienso lo mismo que todos: se metieron porque no querían que sea presidente el que tenía todos los votos.

-¿Se refiere a Chiqui Tapia?

-Eh., no, bueno, Chiqui es hombre del sector de mi viejo. El Gobierno se metió para evitar algo ineludible que se iba a dar, que mi viejo llegue a la AFA. El Gobierno creó todas las condiciones para la comisión normalizadora. Tinelli no tenía posibilidades, el que las tenía, concretas y reales, era mi viejo.

-¿Y por qué piensa que no querían a su padre en la AFA?

-Capaz que interpretaron que era mucho poder. Poder gremial y poder en el fútbol.

-¿Y qué dice su padre de cómo quedaron las cosas?

-Todavía no terminó el tema…

-¿Quiere presidir la AFA?

– No sé si quiere, pero quiere que conduzca alguien de su sector.

FUENTE: La Nacion