En el conurbano bonaerense, dirigentes del gremio de comercio aseguran que se dejan pasar más personas que las permitidas, no se cumplen las restricciones horarias y no se entregan elementos de seguridad. En algunos casos tuvieron que realizar asambleas y amenazar con medidas para lograr que se cumplan las normas impuestas por el gobierno para el funcionamiento de estos comercios. “En otras empresas tuvimos respuestas, pero con Coto es una lucha constante”, afirmaron los dirigentes consultados.
Luego del cierre de una sucursal en el distrito de La Matanza, el empresario Alfredo Coto decidió realizar una protesta frente a ese local, violando la cuarentena y el aislamiento social. En las últimas horas, el supermercado nacional quedó en la mira de las autoridades, ante una serie de denuncias respecto del manejo de normas sanitarias que el gobierno obliga a cumplir para proteger a trabajadores y clientes. El caso de un caso sospechoso de Covid-19 en una sucursal de Capital Federal, ocultado para evitar el cierre del lugar, fue el último escándalo conocido. Esta semana, otra denuncia apunta contra el supermercado. Según fuentes sindicales, en los locales del conurbano bonaerense no se respetan los límites de personas que pueden ingresar, ni los cambios de horarios, entre otras irregularidades. Incluso en un local del distrito de Lomas de Zamora hubo una protesta organizada por la seccional local del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC), donde se advirtió sobre este problema.
En la empresa creen que existe “mala intención” en algunas de las denuncias, y apuntan a un decreto que le da más poder de fiscalización a los intendentes de la provincia de Buenos Aires.
La relación de Coto con el gobierno se tensa a medida que aparecen estas denuncias. El cierre de la sucursal de Ramos Mejía enfrentó al empresario nacional y a jefes comunales y funcionarios del gobierno nacional. En el sur del conurbano, el caso de La Matanza no es aislado, y marca la presión que existe sobre la empresa. La semana pasada, un grupo de empleados de la sucursal Temperley realizaron una asamblea y denunciaron que no se están cumpliendo las normas sanitarias.
La gente de seguridad admitió que la semana pasada dejaron entrar más gente que al principio de la pandemia, y eso pone en peligro a los empleados y los clientes”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del SEC de Lomas de Zamora, que encabezó la protesta. Además, el sindicato mercantil pidió que se distribuyan elementos de seguridad para repositores y cajeros, como alcohol en gel, que desde hace días no es provisto. “Tampoco están poniendo las mamparas en las cajas como en otros supermercados, exponiendo a las compañeras”, agregó la misma fuente.
La denuncia se repitió en otros distritos, y apunta por la falta de compromiso de la empresa de origen nacional en la lucha contra el virus. Otro dirigente explicó que en muchos locales del conurbano no respetan el horario de cierre, establecido para las 20 horas. “En muchos locales a las 19.30 tuvimos que hacer que se cierren las puertas, porque si no los cajeros no cumplen con los horarios pactados”, dijo el mismo dirigente.
El sindicato mercantil adelantó que esta semana realizarán controles y visitarán a los trabajadores para conseguir que se cumplan las medidas. “Cuando empezó la pandemia tuvimos problemas como estos en varias empresas, pero de a poco lo fuimos solucionando, pero con esta gente (por Coto) no hay caso, tenemos que hacer asambleas y están siempre ‘al pie del cañón’ para que respeten las cosas”, aseguraron desde el SEC.
Esta no es la primera vez que hay quejas de este tipo en Coto. Desde que comenzó la pandemia se conocieron varios casos en distintas sucursales de incumplimientos respecto de las medidas de seguridad e higiene.
Un grupo de empleados publicó en redes sociales que el representante de Recursos Humanos, Gastón Masini, les recomendó a los empleados “irse a vivir a Cuba” cuando hicieron el pedido. Además, se conoció en Capital Federal de un caso sospechosos de Covid-19 que intentó ser ocultado. Se trata de la sucursal ubicada en el barrio de ONCE, que fue cerrado desinfectado el sábado pasado, pero abrió el domingo. Según sus empleados, la gerencia quiere obligarlos a presentarse este lunes, definiendo por su cuenta quién debe hacer cuarentena y quién no.
La empresa subió un aviso para explicar el cierre del sábado. Dice “mantenimiento”: en realidad estaban desinfectando la sucursal por primea vez desde que empezó la crisis, ante el diagnóstico de Covid-19 positivo del trabajador.
En medio de las denuncias, el propio Coto encabezó una protesta contra el cierre de la sucursal Ramos Mejía, y le apuntó al intendente local Fernando Espinoza, quien recibió un amplio apoyo político luego de que el dueño de la cadena de hipermercados realizara una protesta pública en su contra, después de que uno de sus supermercados sea clausurado en la localidad de Ramos Mejía.
El empresario acusó a Espinoza de ordenar la clausura por “cuestiones políticas”, pero lo cierto es que el supermercado recibió una sanción por malas “condiciones de higiene y bromatología”. De hecho, en el lugar se encontraron cientos de alimentos mal conservados y la adulteración de la fecha de sus vencimientos, un accionar que pone en peligro la salud de las personas. “Evidentemente no es el hombre adecuado para gobernar La Matanza”, fue la frase que declaró el empresario en las puertas del supermercado que el municipio cerró por violar varias normas de higiene.
Fuente: Gestión Sindical