La inflación de dos dígitos que desde hace tiempo es marca registrada del mercado argentino, generalizó la modalidad por la cual las empresas dividen en dos los ajustes salariales que dan a sus empleados.
En la mayoría de los casos, el primero llega a los bolsillos de la gente entre marzo y abril de cada año, y el segundo entre septiembre y octubre. En los ciclos buenos, las empresas tienen además un resto para repartir selectivamente por mérito o productividad.
Muchos pensaron que en 2018 las gerencias de RH podrían volver a pensar en términos de diferenciación por performance, para premiar con unos puntos extra a quienes tuvieran mejor desempeño. De hecho, hasta se habló de políticas destinadas a incentivar el trabajo por productividad, pero la escalada inflacionaria y cambiaria dejó fuera de la agenda esa pretensión.
El resultado fue precisamente el opuesto: a diferencia de lo que se venía produciendo hasta este momento, fueron muchas las empresas que se vieron obligadas a dividir en tres el aumento que recibieron los empleados fuera de convenio.
Este fue el dato más llamativo que hallaron en Dantas Consultores durante la encuesta que hicieron a más de 150 empresas a fines de septiembre. Un 38% de las firmas que participaron darán tres ajustes y un 8% adicional ya piensa en una cuarta cuota.
“Hubo empresas que ya dieron los dos aumentos del año y de acá a diciembre están presupuestando otro. Nada es seguro, la economía está muy incierta. Aun así, en términos reales el salario va a caer porque hay una perspectiva de un 42% de aumento del costo de vida y las compañías no están en condiciones de pagar eso”, fue el primer análisis de Mariano Dantas, director de la consultora homónima.
Si bien ya prácticamente cuatro de cada diez firmas relevadas tiene en mente esa tercera cuota salarial, Dantas anticipa que no necesariamente se concrete a fin de año esa proyección en ese porcentaje.
“Vemos que hay clientes que quieren intentar hacer un nuevo ajuste hacia fin de año pero a la vez están con caída en las ventas y un corte fuerte en la cadena de pagos”, indicó. “En esos casos, el foco principal va a ser el de sostener los puestos de trabajo”, agregó.
Por otra parte, entre las organizaciones que sí tienen en agenda una tercera cuota, la definición sobre el porcentaje está sujeta a otro factor que impactará en lo que terminen recibiendo los empleados fuera de convenio: las cláusulas de revisión.
Dantas recordó que ya son varios los gremios que plantearon la necesidad de reabrir las paritarias antes de fin de año. “Hay varias empresas dispuestas a renegociar los acuerdos que se habían cerrado en vistas a la situación”, afirmó.
“Estamos frente a un panorama un poco atípico respecto de lo que ocurría en otros años. Hay un alto índice de inflación pero con los gremios está todo más bien tranquilo. Por eso no está tan claro cómo puede terminar el año y hay una expectativa sobre lo que pueda llegar a pasar en los dos meses que faltan”, reflexionó el titular de Dantas Consultores.
En el caso de que se acuerde una nueva suba para los agremiados, se debería acomodar también el porcentaje de alza para los demás, “o volveremos a la vieja situación de que los fuera de convenio queden postergados”.
Recuperar terreno
Al ser consultado sobre los sectores o actividades en donde será más probable que se otorgue un tercer ajuste antes de diciembre, Mariano Dantas apuntó que esta modalidad no aparecerá en actividades específicas, sino que es algo que se da entre las empresas de todos los sectores que mejor se posicionaron en el mercado y obtuvieron resultados óptimos.
Lo que sí está claro es que, en la medida en que esta última cuota está destinada a aminorar la pérdida de capacidad de compra –que será inevitable de todas maneras- estos últimos ajustes de 2018 probablemente se den de manera generalizada a toda la compañía, y no por mérito o performance.
Además de las empresas que den una tercera cuota salarial porque su presupuesto lo permita o para acercar a los profesionales y ejecutivos a la cifra que reciba el personal sindicalizado, habrá según Dantas otro grupo de compañías que opten por esa opción.
“Las que puedan dar ese ajuste extra serán las que estén con mejores posibilidades económicas o que hayan quedado muy postergadas con lo que concedieron durante el año”, apuntó. “Si dieron 10% en marzo y 10% en octubre, probablemente darán un 6% o 7% antes de fin de año”, ejemplificó.
¿Qué es lo que hizo la mayoría de las empresas durante este año en materia salarial? Vale la pena recordarlo ya que, como afirma el consultor, “debieron modificar dos veces los presupuestos”.
El 80% cambió su plan original una vez que se superó ampliamente la meta de inflación del 15% que había planteado para este año el Banco Central. Eso aunque las compañías habían proyectado aumentos por encima del 20% anual.
Más aún, según muestra el último Informe de Tendencias Salariales de Dantas Consultores, ya en el primer semestre del año un 14% de las compañías dieron un segundo ajuste salarial. No fue al azar: en julio, según datos del propio Instituto Nacional de Estadística y Ciencias, la inflación acumulada superaba el 16%.
En esos primeros seis meses, el aumento promedio que recibieron los empleados fuera de convenio fue del 13 por ciento.
A esto se sumó otro 15% en promedio proyectado para los últimos seis meses de 2018. Esto resultó en una media general del 28% en el año para los no convencionados (el cálculo de Dantas dio 27% para los agremiados) hasta el momento.
Pero para el segundo semestre, hubo que recalcular una vez más: en el período que aún está vigente, 54% de las compañías consultadas planean un ajuste y otro 45% espera dar dos.
“Los presupuestos que hicieron para 2018 los tuvieron que recalcular dos veces este año, en mayo y ahora. Pese a eso, evidentemente lo que va a ocurrir con esta recesión es una caída del salario real”, lamentó el titular de la consultora.
En ese marco, estimó que la previsión para el año que viene en la mayoría de las empresas, son aumentos salariales del 30%, en línea con la previsión de inflación que tienen la mayoría de los economistas.
“Lo están definiendo en base a lo que puede ser el costo de vida que es el gran indicador que mueve el mercado hoy”, remarcó.
“Pero el año que viene ya es largo plazo para la Argentina, y es un año electoral además. Por lo que hablamos con los clientes, ellos no perciben que habrá un repunte de la actividad”, resumió.
Fuente: IProfesional